Señor Director:

La reciente determinación del Mineduc de definitivamente dejar fuera de la gratuidad en 2016 a las universidades privadas no hace más que confirmar que estamos frente a una política que va en contra de disminuir las brechas de las desigualdades, lo que es contradictorio en un gobierno que se ha planteado acortarlas.

El Ministerio de Educación ha mantenido dos graves errores: primero, establecer el principio de gratuidad universal -incluso para las familias de mayores ingresos de este país- y, luego, hacer alusión a un conjunto de condiciones para que las instituciones elegidas accedan al beneficio, pero que todavía no ha sido establecido de manera clara, sin espacio para interpretaciones.

Más importante que la gratuidad para los estudiantes, resultan las características de las instituciones de educación superior, sin considerar que no son pocos los ejemplos en donde universidades privadas poseen mejor acreditación que las del CRUCh.

La arbitraria meta de cubrir al 60% más vulnerable de solo algunas instituciones podría quizás reestructurarse y extenderse al 40% de todos los alumnos del sistema que pertenezcan a instituciones acreditadas. Tiene el mismo costo para el Estado y en dicho caso sí se estaría atendiendo a los jóvenes que más lo necesitan.

Hugo Lavados Montes
Rector Universidad San Sebastián

Fuente: El Mercurio