“Llegará, en el mejor de los casos, a cubrir al 50% de los jóvenes de los hogares de menores recursos. Todo lo demás es música”, sostiene el ex ministro de Estado José Joaquín Brunner se refirió a los lineamientos del proyecto de ley de educación superior anunciados por el Ejecutivo, asegurando que “para dos años de trabajo, el producto es extremadamente pobre”.
“Sigue siendo un conjunto bastante inconexo de ideas, propuestas, comentarios, que no permiten percibir que el gobierno tenga una visión estratégica de adónde quiere llevar a un sistema tan complejo como es hoy nuestro sistema de educación superior”, agregó el experto en entrevista con El Mercurio.
Asimismo, el autor de “Nueva Mayoría. Fin de la ilusión” hace un crudo análisis de las falencias del proyecto: “Sigue habiendo una enorme debilidad de base en el planteamiento del gobierno. En vez de reforzar e impulsar un régimen mixto, como anunció la Presidenta, si uno mira en concreto lo que se hace, buena parte del proyecto se dedica a cómo reforzar las universidades del Estado. Como si la Educación Superior de la cual el Estado se debiera preocupar fuese solo de una parte del conjunto. No hay una visión real de un régimen mixto, donde el Estado efectivamente debería preocuparse de todas las universidades, de los académicos y de todos los estudiantes”.
Respecto al establecimiento de una nueva institucionalidad, que incluye una Subsecretaría de Educación Superior y una Superintendencia para el buen funcionamiento del sistema, Brunner señaló: “En términos de principios y doctrinas, el proyecto es tremendamente controlista. Hay puntos claves que se pretende dejar en manos directamente de la administración gubernamental (…) si uno lo mira, se da cuenta de que el Estado o el Gobierno se haría cargo de definir títulos y grados a través de este marco nacional de cualificaciones, fijando el ministerio estándares y criterios curriculares, entregando la gestión de múltiples aspectos a esa combinación de Subsecretaría y Superintendencia”.
“La admisión sería controlada directamente por el Ministerio, con un nuevo sistema que no se explicita, pero queda dicho que la admisión a la universidad -es decir, que la selección de estudiantes, una cuestión central a la autonomía de las instituciones- queda en manos del Ministerio. Lo mismo ocurre, respecto de la fijación de los aranceles en el sistema de gratuidad”, acotó el ex secretario de Estado.
Sobre el planteamiento del Ejecutivo de llegar al sexto decil en gratuidad y que la gratuidad universal se condiciona al hecho de que la carga tributaria, en un futuro, pase a ser el 29,5% del PIB, afirmó que “todo eso me parece completamente descaminado. Lo que dice el Gobierno es que llegará, en el mejor de los casos, a cubrir al 50% de los jóvenes de los hogares de menores recursos. Todo lo demás es música. El gobierno insiste en un sistema de gratuidad que me parece insostenible, sobre todo pensado en la realidad económica actual”.
Fuente: El Mostrador