Por Cristian Nazer, Presidente de la Corporación de Universidades Privadas
Cada 10 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, una fecha que invita a reflexionar sobre el papel fundamental que desempeñan las universidades en la promoción de la paz y el desarrollo en todo el mundo. En medio de un escenario global que a menudo parece estar plagado de desafíos e incertidumbres, las instituciones académicas se erigen como faros de esperanza y fuentes inagotables de conocimiento, innovación y progreso.
La ciencia, junto con la educación superior, se alza como un poderoso vehículo de transformación. Las universidades no solo son guardianes de la sabiduría acumulada a lo largo de la historia, sino que también son los motores que impulsan el avance de la sociedad.
En un momento en el que la humanidad enfrenta desafíos apremiantes, como el cambio climático, la desigualdad, la pobreza, además de lidiar con los efectos de la pandemia, las instituciones académicas se convierten en aliadas indispensables en la búsqueda de soluciones innovadoras a estos retos.
El Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo es una oportunidad para reconocer y agradecer a las universidades chilenas y del mundo por su compromiso inquebrantable con la investigación, la innovación y la formación de las mentes del futuro. Son estos centros de conocimiento los que nutren a científicos, docentes, ingenieros, médicos y profesionales de diversas disciplinas con la capacidad de cambiar el mundo. Pero su impacto va más allá de la formación de individuos; también es un pilar clave para el desarrollo sostenible.
En un mundo en crisis, en el que la paz y el desarrollo son desafíos urgentes, las universidades se han comprometido a abordar estos problemas con un enfoque multidisciplinario. La colaboración interinstitucional y entre diferentes campos del conocimiento es esencial para encontrar soluciones integrales a los problemas globales.
Son, precisamente, las instituciones académicas las que han de brindar la esperanza de un futuro mejor, y es nuestro deber valorar y apoyar su invaluable contribución a la humanidad.