Presupuesto de Educación elimina fondo para universidades regionales y sube aportes a estatales

octubre 08, 2025

Son $12.882 millones menos para las casas de estudio fuera de Santiago, un recorte que «genera un gran daño», según señalan desde la agrupación que conforman sus rectores.

La estrechez fiscal también se avizora en la propuesta de presupuesto para el próximo año del Ministerio de Educación (Mineduc), que creció un 1% respecto de 2025. De hecho, la cartera tiene cinco programas con presupuesto cero para 2026, solo siendo superada por Desarrollo Social (11).

A nivel de financiamiento universitario, se refleja en recortes en programas de apoyo a instituciones privadas y alzas en los aportes basales para las estatales. Además, las becas para educación superior se reducen en $2.938 millones, de cara a la posible implementación del Financiamiento para la Educación Superior (FES), que elimina las becas de arancel. Esto exceptuando a la gratuidad, donde se da un aumento del 10%, con $2,5 billones.

Un golpe a las regiones

El programa de Educación Superior Regional se elimina completamente del erario, iniciativa que contempla $2.690 millones para las universidades del G9 (no estatales del CRUCh) y $10.273 millones para las estatales: es decir, el recorte total es de $12.882 millones.

Según la Dipres, la medida responde a una ‘revisión integral de los instrumentos de apoyo institucional y racionalización de programas con bajo nivel de ejecución’. Este fondo financia iniciativas orientadas a reducir brechas territoriales y fortalecer la oferta de carreras fuera de la Región Metropolitana.

Claudio Rojas, rector de la U. Católica del Maule (UCM), preside la Agrupación de Universidades Regionales (AUR) y manifiesta que ‘esto genera un gran daño al quehacer de las universidades en un ámbito fundamental para las comunidades regionales’, pues estos fondos ‘permiten a las instituciones desarrollar iniciativas relevantes para las comunidades locales, fortaleciendo la presencia estatal en los territorios, la democratización del acceso a la cultura, el apoyo a la innovación social y la vinculación con sectores productivos’.

Este programa tuvo un ‘mal desempeño’, según evaluó Dipres, pues ‘asume resolver un problema público, pero no cuenta con un diagnóstico que justifique su existencia’. Sin embargo, Rojas asevera que ‘las debilidades identificadas no corresponden a las instituciones, sino a la gestión central’.

Carlos Torres, rector de la U. de Talca, sostiene que ‘estamos hablando de $200 a $400 millones por institución’ que, en el caso de su casa de estudios, han destinado, dice, en programas para ‘contribuir a la reducción de brechas de desarrollo en la Región del Maule’.

‘Uno de los argumentos (para el recorte) es la ausencia de un problema público que busca resolver, así como aspectos de cobertura y falta de focalización efectiva. Tal vez es más bien una falta de comprensión’, critica.

Consultada por ‘El Mercurio’, la Subsecretaría de Educación Superior respondió que, en línea con lo sugerido por Dipres, ‘se priorizó concentrar y aumentar los recursos en los instrumentos de financiamiento basal a las instituciones (Aporte Institucional a Universidades Estatales, Aporte Basal por Desempeño, aporte a CFT estatales), que permiten el fortalecimiento de capacidades permanentes de las instituciones de acuerdo con su autonomía’.

‘Sesgo’ contra las privadas

Santiago González, presidente de la Corporación de Universidades Privadas (CUP), sostiene que ‘nuevamente, y como ha ocurrido en los últimos 25 años, los fondos basales se destinan solo a las universidades estatales y a las tradicionales del CRUCh, haciendo caso omiso de que en nuestro país existen universidades privadas que acogen a más del 50% de la matrícula y preferentemente alumnos vulnerables’.

En efecto, los aportes institucionales a planteles estatales (Ley 21.094) acumulan un alza de 51% entre 2022 y 2026, según Dipres. A su vez, los aportes basales por desempeño suben 6,8%, con un aumento del 15% entre 2022 y 2026.

González, también rector de la U. Central, manifiesta que ‘la discriminación en la asignación de fondos basales (….) afecta directamente a los estudiantes de universidades privadas, ya que estas instituciones no reciben ningún tipo de apoyo estatal por este concepto’.

Juan Eduardo Vargas, rector de la U. Finis Terrae, califica el presupuesto como ‘preocupante’ y remarca que ‘si analizamos la descomposición del presupuesto de educación superior, se evidencia nuevamente el sesgo en contra de las instituciones privadas. En efecto, ciertos aportes basales a las universidades tradicionales suben de manera importante, mientras que los ya escasos aportes a instituciones privadas se ven rebajados, como el aporte a las universidades en gratuidad, con -2,1%, y el fondo de desarrollo institucional, en un -2%’.

Fuente: El Mercurio